domingo, 29 de julio de 2007

EL EPIGRAFE

los domingos me toca postear a mí. fijate.

Otra góndola que se va...

crónica de la última góndola acá

mis contemporáneos I

una aproximación formal a blatt, el conquistador.

comment leído en La Góndola, después de la lectura de Blatt

1

¿cómo dar cuenta formalmente de un elemento emblemático de la poesía, del blanco que rodea las palabras? este blanco participa en el efecto, tiene un lugar en la lectura, al menos en la mía. el blanco designa, señala, es el signo de una ausencia de palabras, de la posibilidad de más palabras. blatt, a veces, rodea las palabras con una imagen: niega ese blanco, lo suprime, conserva y supera a la vez. esta operación es propia de la publicidad, del afiche: blatt la conquista a favor de la poesía: celebremos.

2

en un mail, blatt me dice: para mí es todo lo mismo: el fotolog, las lecturas q puedo hacer de vez en cuando, algún texto q pueda publicar. el soporte queda subordinado al sentido. blatt orquesta el sentido de su obra en múltiples soportes: que ahora ya no pone el texto sobre la imagen, que ya tiene blog, que ahora tiene página, blatt, qué inquieto es usted.

3

una chica pone como fondo de pantalla una imagen de blatt. un chico hace lo mismo. yo hago lo mismo. ¿cuánto falta para que exista una pastilla de éxtasis que tenga impresa en bajo relieve mal prensado las letras NVRSK? colores fluorescentes, sentarse con las piernas flexionadas, las rodillas en la axila de los codos y una mano que sujeta la muñeca de la otra.

4

sostiene blatt que aún no ha abordado los clásicos, que no fatiga girondos ni pizarniks. ¿dónde el modelo, entonces? para mí hay una cuerda, secreta o evidente, entre blatt y cierta música electrónica, ciertas letras de cierta música: una experimentación que capitaliza el cuerpo para producir y consumirlo en emociones.

5

recorto el siguiente verso de un poema para hacerlo decir su decir, y dice: más importante que ser pez/ es reconocerlo/ y llevarlo adelante/ con estilo/ e inocencia, con estilo e inocencia, con estilo e inocencia, acá está blatt.

sábado, 28 de julio de 2007

alerta alerta ravonne acecha





mañana me voy al bar a desayunar café con leche y ravonne




jueves, 19 de julio de 2007

alerta alerta





este lunes 23/7 a las 20hs empiezo con un nuevo grupo para el taller de lectura de
Las flores del Mal, para pensar la poesía.

+info
www.eltallerdelasflores.blogspot.com




lunes, 16 de julio de 2007

hacé click para que crezca



uno de los de 20 fanogramas para.



viernes, 13 de julio de 2007

alerta alerta

+info www.eltercetodelasuerte.blogspot.com

lee en
MALDITA GINEBRA

AMERINDIA
Guardia Vieja 3559
Viernes 13 de Julio, 24 hs GRATIS GRATIS


miércoles, 11 de julio de 2007

Desde que la K me superó


The Clientele -Since la K got over me

julieta
me pongo de rodillas
al hablar en lenguas
de sol suspendido por lluvia
en claridad perfecta

cuando me pongo tan loco
me pienso hasta dormir
de pié en la vereda
a veces es con él

no creo que vaya a ser feliz de todos modos
rayando mi nombre
y todo tan lúcido
y tan incómodo
desde que la K me superó
desde que la K me superó

todos mis sentidos cerrados
mis manos están fijas
estoy re cansado de hacer listas

es que es este vacío
no lo puedo echar

cuando la noche pinta las calles
es como caminar en un trampolín

no creo que vaya a ser feliz de todos modos
arañando mi nombre

pero todo es tan vívido
y tan incómodo
desde que la K me superó
desde que la K me superó

hay una esperanza en mi cráneo
con aire caliente que entra
de pié en la vereda
¿por dónde empiezo?

no creo que nunca más vaya a ser feliz
supongo que cerré esa puerta
pero todas las noches una extraña geometría
desde que la K me superó


un video en youtube

martes, 10 de julio de 2007

miércoles, 4 de julio de 2007

la página1 de un cuento que fermenta alegremente

(Los últimos fríos)

Por Laxe

1

Abrigate, Laura, que es el día más frío del año, dice Mario a su hija desde la cama. ¿Cuánto hace, viejo?, pregunta ella, la mano ansiosa en el picaporte de la puerta de calle. Mario observa su habitación en la pantalla del televisor apagado: su panza se le ofrece como en un granangular: esférica y desbordada como nunca antes Laura me había llamado así. Acordate que hoy me tenés que buscar a las siete por el colegio, dice ella y toma una bufanda del perchero junto a la puerta. Chau, viejo. Habrá que acostumbrarse, piensa Mario y enciende el televisor. En la esquina inferior derecha: 12 grados centígrados. No era para tanto, pero igual aunque les digas que nieva se ponen una bufandita y nada más, piensa Mario y se imagina dando una conferencia sobre cómo debe usted transmitir información práctica a sus hijas adolescentes auspiciada por alguna marca de toallitas femeninas, infinito el salón de conferencias, un escenario donde él diría, tras la mesa rectangular mantel verde botellas de agua mineral micrófono rótulo plástico con su nombre, la próxima, por favor, una última diapositiva, aplausos, preguntas, una madre que se acerca cuando todos ya se han ido, fornicar en alguna habitación del hotel, porque la sala de conferencias estaría en un hotel, cómo puede ser que ya me esté masturbando a las siete de la mañana, se pregunta Mario mientras toma un poco de lubricante de su mesita de luz para apurar un orgasmo débil antes de volverse a dormir.

Ocho, dice Laura al chofer, contenta por haber utilizado esa nueva forma de pedir un boleto de ochenta centavos de peso. Ningún asiento vacío, algunas personas de pie. A ver, quién de ustedes se baja primero, piensa. Avanza hasta el final del pasillo y un tipo no demora en levantarse. Laura ocupa el asiento tibio y tras sacarse la bufanda, abre su campera y toma el reproductor de la mochila para que Rosario Bléfari alomejorteconfundiómiformadeser la distraiga durante el viaje que la alejará de su Almagro natal hacia Plaza de Mayo. Sube gente. ¿Alguno dirá ocho también? Laura mira por la ventana hacia la noche matinal. Al cruzarse de brazos, su puño queda expuesto al roce de un pantalón. Mira en el reflejo de la ventana la cara de un viejo que se hace el distraído el muy atorrante, piensa Laura, a ver si se la aguanta. El viejo resiste. Quizá no sienta nada. Entre el vaivén que produce el caprichoso acelerarfrenar del colectivo, Laura palpa con los nudillos la erección incipiente.