domingo, 1 de junio de 2008

para pensar

Un artículo de Raúl Cerdeiras sobre el altercado del campo propone alternativas para dar el salto entre elegir e inventar. Dale una chance, papá.


¿Hasta cuándo compañeros?, R. Cerdeiras

Ya es hora que nosotros nos rebelemos y dejar de estar siempre esperando para ver qué grupos, sectores o nuevos “actores”, salen a la palestra a luchar por sus intereses para que nos den de comer. Sí, para que nos den de comer, porque nos sirven el plato que alimenta nuestra impotencia. Porque en ese plato luce un menú que en letras muy grandes nos dice: ¡elijan! Y como una bendición divina nos precipitamos a lanzar opiniones y participar en actos en el que cada cual elige la comida de su preferencia. Y dentro del entusiasmo que nos proporciona la ilusión de estar “haciendo algo”, no advertimos que el plato no es el nuestro, que ese menú se cocina en el interior mismo del dispositivo que deberíamos hacer saltar por el aire.

El conflicto entre los productores rurales y el gobierno (el enunciado mismo de la cuestión a tratar ya está moldeado por el plato que nos sirven) es revelador de cómo se activa ese mecanismo. En efecto, lo que observamos en el oscuro campo de lo que llamaríamos “la izquierda”, es una puja en los argumentos destinados a justificar a quien se elige, a quien se apoya en esta disputa. Vemos a compañeros apoyar al gobierno de Cristina F. de Kirchner sabiendo fehacientemente que nada se puede esperar de él, que es una estructura de la “clase política” radicalmente enfrentada a las nuevas ideas que se intentan poner en marcha, y se lo hace con el argumento de que lo que va a venir (pero que ahora todavía no está) va a ser más favorecido en su gestación por la política “oficial” que por la de los “oligarcas”. Es la vieja política del mal menor: si no se puede hacer lo que uno quiere, entonces hay que elegir de lo que hay lo menos malo. Ese es el mecanismo del plato en el que se nos sirve la comida destinado a que nada cambie. Y es difícil hacerse el distraído, puesto que hace mucho que se lo usa cada vez que, por ejemplo, se nos llama a elegir con el voto a nuestros gobernantes y con cierta mueca de amargura y resignación aceptamos ese convite cuyo resultado está a la vista: todo sigue igual.

Hay otros que dicen que... sigue acá

1 comentario:

Anónimo dijo...

en la página de la revi el rolo cambió el final!!! jaaaa es como el punto dos de la lista de lo que te gusta de este medio!!
(qué cosa esto de armar una lista y ponerle de título lista!!)
feliz cumple!